LA RESILIENCIA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

La pandemia causada por el COVID-19 y el confinamiento sufrido por gran parte de la población mundial para prevenir su expansión ha sido (y continúa siendo) un duro episodio en lo que va de este año 2020, y cuyas consecuencias van más allá de las afecciones a la propia salud o el impacto sobre la economía y el empleo, afectando también al estado de ánimo y a la psicología de quienes lo padecen. La RESILIENCIA es, en un contexto semejante, la cualidad mental que enfrenta la adversidad y fortalece al individuo que la sufre.

El término RESILIENCIA originalmente es un término utilizado en la Física y la Química para definir a los materiales, -especialmente el acero-, que no se deforma ni se rompe ante presiones y choques. El término procede del latín: “salire” y se traduce como “saltar hacia atrás, rebotar, ser repelido o surgir”. En psicología fue en 1995 cuando el psicólogo Emmy Werner, aprovechaba el término para denominar a las personas que tras condiciones desfavorables, tensiones y adversidades, son capaces no solo de volver al estado anterior de funcionamiento, sino también de llegar al éxito en sus vidas y cumplir con sus objetivos y metas. Fortaleza deseable para cualquiera de nosotros en tiempos de pandemia, ¿verdad?

Ahora bien, ¿ser resiliente significa no experimentar dolor en situaciones difíciles? A raíz de la crisis del coronavirus todos conocemos a alguien que vive en la incertidumbre de si su empresa cerrará y tendrá problemas para pagar el alquiler. Todos tenemos un vecino autónomo que ha invertido todos los ahorros que le quedaban a una, para adaptar su negocio a la situación sanitaria. Todos tenemos un amigo que ha perdido el trabajo sin derecho a prestación. Y un familiar que se ve obligado a conciliar la educación de sus hijos con el teletrabajo. No sería justo para todos ellos, para todos nosotros, restar su derecho a experimentar emociones desagradables cuando todo va mal. Y la resiliencia efectivamente no va de eso. Ser personas resilientes no significa que puedan suprimir las emociones de dolor. Lejos de ello se ha estudiado que las personas resilientes cuentan más bien con otras cualidades.

En primer lugar, ACEPTACIÓN. Es necesario aceptar lo que nos ocurre para poder decidir qué vamos a hacer con ello. Es necesario aceptar que tendremos que vivir con un virus que puede rebrotar, estando abiertos a experimentar el malestar que conlleva, para poder decidir sobre ello, cómo llevar a cabo nuestros deseos, objetivos, y sueños a partir de ahora.

En segundo lugar, SENTIDO, tener nuestra vida orientada en valores. Es importante que clarifiquemos cuáles son las áreas importantes para nosotros en nuestra vida. Cuáles merece la pena para nosotros cultivar. Familia, ocio, viajar, desarrollo profesional, altruismo, amistades, ayuda… Que tengamos claro qué es aquello que nos mueve a vivir, que dota de sentido nuestra existencia, y aquello en lo que queremos invertir nuestro tiempo, nuestra energía y nuestro esfuerzo, de forma que el día en que muramos sintamos que nuestra vida ha tenido un sentido, un para qué.

En tercer lugar, VISIÓN Y ESTRATEGIA. El cómo. Ser capaces de sacar partido de las situaciones para transformarlas en oportunidad.

La resiliencia es una fortaleza psicológica que se ha estudiado desde hace décadas por el carácter sorprendente de algunas personas que, tras haber sido criados en entornos desestructurados, ser víctimas de maltrato y abuso en la infancia, tras proceder de barrios sumidos en la pobreza o haber vivenciado acontecimientos traumáticos, crecen y aprenden nuevas habilidades a pesar de dichas condiciones desfavorables, estando preparados para afrontar futuros desengaños.

Puede que no exista la fórmula mágica para evitar sentir emociones de dolor cuando el viento va en contra, pero nos queda la resiliencia. En tiempos de pandemia, no nos queda otra que ser resilientes. Porque no, no es que sea una cualidad de unos pocos, sino que todos la podemos entrenar y cultivar con cada situación difícil en nuestra vida.

TEXTO: Isabel María Fernández Pérez @isabelfpsicologia

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