Opinión

España no es país para jóvenes

La nueva normalidad es un hermano gemelo de la crisis del 2008, por aquel entonces nos pintaban brotes verdes, ahora nos discriminan con rebrotes. Sea cual fuera la semilla plantada por las políticas del Partido Popular, los insecticidas caducados de la izquierda más extrema acaban matando cualquier forma de vida y sueño de una generación de jóvenes libres y emprendedores.

Los jóvenes no somos un grupo homogéneo, somos diversos y con inquietudes, con metas muy difíciles de lograr, no por lo complejo de la carrera de fondo, si no por los estigmas de una sociedad empeñada en dibujar un horizonte de futuro para una generación de jóvenes que vive un presente, y con ganas de reactivar una sociedad agonizando ante la imposibilidad de un plan para incentivar el emprendimiento y el empleo, ese que hace latir emociones, generar nuevas sensaciones y lo más importante dota de riquezas inimaginables, algo impensable para aquellas manadas acostumbradas a tutelar y administrar las vidas y bienes de una comunidad encerrada, pobre y llena de odio.

Nuestra sociedad se está malacostumbrando a ver cómo nos quitan las identidades, esas que hacen que seas reconocido con un nombre y un apellido, ahora en la nueva normalidad, somos simples números, pero no cualquier número, somos una cifra más a la enorme pérdida humana, un 0 más que suma los miles de personas en paro y somos unos cuantos más los que no podemos emprender ni apostar por crear en un país acostumbrado a ver a sus jóvenes más minoritarios siendo personas incívicas, que a los jóvenes mayoritarios que crean empresas, puestos de trabajo que solo son reconocidos a nivel internacional o en muchos casos por nadie.

Los jóvenes debemos y tenemos la obligación de estar a la altura del reto que asumimos como jóvenes, no queremos diplomas, tampoco reconocimiento, nos hemos acostumbrado a ser tan conformistas que nos conformamos a que nos dejen ser emprendedores. Nuestro ciclo de la vida es crear, fracasar y evolucionar, cuando los políticos entiendan y comprendan nuestro ecosistema, solo en ese momento nuestra sociedad estará preparada para generar empleo de calidad y con garantías para los jóvenes.

Mientras tanto podemos empezar poniendo los cimientos flexibilizando empleo para que las empresas tengan más facilidades a la hora de contratar, solo tenemos que hacer girar nuestra bola del mundo parar el dedo en cualquier país desarrollado y ver que son más ricos, tienen una mayor flexibilización en el empleo, y no, tener flexibilización no es trabajar 24/7 desde tú casa.

Nuestra sociedad debe contestar una pregunta general de los jóvenes, ¿Para qué sirve trabajar si sigo dependiendo de mis padres?, no es algo inventado por quien escribe estas líneas, es algo que nos hicieron llegar más de 80 jóvenes en el último diagnóstico sobre la situación de los jóvenes realizado por “Jóvenes en Libertad”. Creo que llegó la hora de hacer más que planear, España y sus jóvenes necesitan que se reduzcan las cotizaciones a la seguridad social, y así al empresario no le salga tan caro contratar y el empleado pueda cobras más sueldo neto.

Cuando veas hablar de jóvenes y veas que el principal problema es la vivienda o el empleo, quiero que, si tienes a alguien de edades comprendidas entre los 16 y 35 años cerca, le preguntes realmente ¿Qué te preocupa de verdad?,  solo así te darás cuenta de que en esta vida no son todos números ni porcentajes, son matices que hacen que una sociedad pueda emprender, trabajar, comprar, alquilar o crear el modelo de vida que cada uno escoja y quiera, y nosotros como sociedad solo tenemos que poner las bases, cimientos y pegar el impulso a una generación de crisis permanente.

Nuestro futuro como adultos pasa por trabajar un presente como jóvenes con oportunidades, un presente donde los jóvenes debemos ser protagonistas, no de titulares vacíos y llenos de estigmas dirigidos a una sociedad colectivizada y llena de prejuicios. Solo nos deben importar los titulares que nosotros mismos saquemos de nuestras propias vidas, llenas de oportunidades y riquezas.

David Enguita @davidenguita

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