CORRUPCIÓN EN LA REPÚBLICA: EL CASO ESTRAPERLO
No se tiene memoria de que en muchos años haya habido en las Cortes españolas un debate tan angustioso y triste como el habido esta tarde en el Congreso a propósito de la nota publicada días pasados por el Gobierno.
Así resumen algunos diarios de la época el transcurrir de la sesión celebrada en el Congreso de los Diputados el 22 de octubre de 1935. En ese pleno se trató una cuestión relacionada con la denuncia presentada por el holandés con nacionalidad mexicana Daniel Strauss al presidente de la República española Niceto Alcalá Zamora y que destapó uno de los casos de corrupción política más sonados de la historia de nuestro país: el caso del Estraperlo.
HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA
En Holanda, los empresarios Daniel Strauss y Joachim Perlowitz y Frieda Lowann, esposa de Strauss, presentaron en varias ciudades de los Países Bajos y Bélgica una ruleta que pretendía ser un juego de habilidad y eliminar el factor suerte.
La Straperlo (acrónimo de los apellidos de los tres inventores) era una ruleta eléctrica que constaba de 13 números y el juego consistía en adivinar donde caya la bola a través de cálculos matemáticos hechos por los jugadores.
Pero al ser eléctrica, este juego podía ser amañado con un botón oculto que permitía al crupier cambiar la velocidad de la ruleta, haciendo que los cálculos de los jugadores no sirvieran para nada y, de esta manera, hacer que siempre ganara la banca.
Descubierto el engaño del botón, Strauss y sus socios fueron expulsados de Holanda e intentaron implantar su juego en otros casinos de Europa, sin éxito.
Desde 1924 con la dictadura de Miguel Primo de Rivera, los juegos de azar estaban prohibidos, pero como la ruleta Straperlo se suponía que era un juego de habilidad, Strauss y compañía intentaron implantar su juego en nuestro país.
EMPIEZA EL JUEGO
Primero, intentaron implantar el juego en el casino de Sitges, en Barcelona, pero no funcionó ante la negativa de las autoridades catalanas. Aún así, no se rindieron y fueron a probar suerte en Madrid.
En la capital de España, gracias a diferentes personalidades y altos funcionarios del gobierno, Strauss y sus socios pudieron contactar con Aurelio Lerroux, delegado del Estado en la Compañía Telefónica Nacional de España y sobrino de Alejandro Lerroux, líder del Partido Republicano Radical Alejandro Lerroux.
Éste y otros políticos y altos mandatarios del gobierno y del partido Radical, vieron una oportunidad de negocio y gracias a un acuerdo de repartimiento de beneficios y algunos sobornos, el 12 de septiembre de 1934, la ruleta de Straperlo se inauguró en el casino de San Sebastián.
A las tres horas, el casino era clausurado tras descubrirse la estafa del invento de Strauss y Perlowitz.
A pesar de esto, el 4 de octubre, Alejandro Lerroux substituye a Ricardo Samper como presidente del Gobierno y, del 1 al 10 de diciembre, la Straperlo estuvo en funcionamiento en el salón de juegos del Hotel Formentor de Mallorca.
La sala fue clausurada por el ministro de Gobernación Eloy Vaquero. Finalmente, los empresarios holandeses se fueron del país tras reclamar, sin éxito, una compensación económica por las molestias y gestiones. No sin antes, llevarse consigo documentación comprometida.
En abril de 1935, Lerroux recibió una carta de Strauss donde se le reclamaba una indemnización de 85.000 florines holandeses (unas 400.000 pesetas) a cambio de no revelar toda aquella documentación comprometida relacionada con gente cercana al jefe del consejo de ministros. La carta no obtuvo respuesta.
LAS CONSEQUENCIAS
A finales de septiembre, Strauss presentó una carta acompañada con un dossier con documentación sobre, sobornos, fotografías y otras informaciones relacionadas sobre el escandalo al presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, que remitió el caso al Tribunal Supremo.
Alejandro Lerroux dimitió como presidente del Gobierno y pasó a ser ministro de Estado en el nuevo gobierno presidido por Joaquín Chapaprieta.
El 22 de octubre se produce un tenso debate sobre esta cuestión y se creaba una comisión de investigación. Lerroux hizo una breve pero clara intervención para desacreditar las acusaciones de Staruss.
El día 26 de octubre, la comisión de investigación declaró culpables a: al periodista y director general de Seguridad José Valdivia; al diputado por Badajoz del Partido Radical Rafael Salazar Alonso (había sido ministro de Gobernación en 1934 y alcalde de Madrid hasta hacia 24 horas), al exsubsecretario del Ministerio de la Gobernación Eduardo Benzo, al diputado valenciano del Partido Radica Sigfrido Blasco-Ibañez, a Aurelio Lerroux, al exsubsecretario de Marina y gobernador general de Cataluña en ese momento Juan Pich i Pon, al periodista y jefe la Oficina Española de Turismo en París Santiago Vinardell y al militar y delegado del Estado en la compañía de ferrocarriles MZA Miguel Galante.
Al día siguiente, Alejandro Leroux abandonaba el gobierno de Joaquín Chapaprieta. El día 27, diarios como el La Vanguardia publican la carta de Strauss al completo, destapando la trama.
Este caso de corruptela seria uno de los detonantes de la implosión del Partido Radical, de la caída política de Alejandro Lerroux y de la celebración, en febrero de 1936, de las últimas elecciones democráticas de la Segunda República española, la cual, en julio de ese mismo año, entraría en una guerra civil que arrastraría al país a 40 años de dictadura.
Fuentes consultadas:
- Diario de sesiones del Congreso de los Diputados: Legislatura 1933-1935.22-10-1935. Nº 246 (de 10005 a 10034).
- Hemeroteca La Vanguardia: 27 de octubre de 1935 http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1935/10/27/pagina-22/33146582/pdf.html
http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1935/10/27/pagina-23/33146583/pdf.html
Carlos Llanas Vizcaino @carlosllanas_