Algarada sindical

La excepcionalidad de Madrid

Es llamativo la excepcionalidad que se da en la Comunidad de Madrid con las huelgas convocadas por los sindicatos en el ámbito educativo y sanitario, principalmente. Pero tiene una explicación política.

Los sindicatos mayoritariamente afines a partidos de izquierdas se han alejado de su función principal, que es la defensa de los trabajadores, para liderar las algaradas callejeras.

Especialmente en Madrid, que son expertos en generar sensación de inestabilidad ante situaciones de debilidad para así la izquierda echárselo en cara a la presidenta madrileña. Un perfecto círculo tóxico en torno a un proyecto político.

Mientras los españoles, médicos, enfermeros, auxiliares, profesores y voluntarios han estado en primera línea batallando contra el virus y adaptándose a las circunstancias, los sindicatos no han estado arrimando el hombro.

Y es que detrás de esta coordinación de convocatorias sindicales en Madrid, se encuentran los liberados sindicales y sindicalistas de bien, una vez más promoviendo la huelga y la inoperancia en sectores clave. Estos, son los mismos que viendo a sus compañeros dejándose la piel, se han negado a incorporarse a su plaza de profesor o enfermero cuando más necesario era.

¿Pero, y sí las huelgas estuviesen motivadas por la dejación de funciones de la Comunidad de Madrid? Pues no es así. La realidad es aplastante para los piqueteros sindicales pues, la administración madrileña ha hecho los deberes en los meses más duros e inciertos ante la inacción del Gobierno central.

Isabel Díaz Ayuso adquirió aviones cargados de material sanitario hasta un total de 23, rápidamente puso en marcha el hospital IFEMA, el reparto de mascarillas gratuitas para todos los madrileños o la unificación de sanidad pública y privada bajo mando único.

Pero la algarada sindical, se da solo en Madrid. Misma respuesta en lo educativo pues, Madrid ya en junio publicó los escenarios del inicio de curso, y en agosto la contratación de 11.000 nuevos profesores, las más de 70.000 PCR a la comunidad educativa, siendo una de las pocas comunidades en hacerlo. Pero la algarada sindical, se da solo en Madrid.

¿Hasta cuando vamos a tener que soportar a unos sindicatos desfasados, convertidos en una casta hermética que promueven la improductividad en la empresa y el caos en las calles? ¿Su motivo de peso será que la administración madrileña no simpatiza con la mediocridad que generan?

 @actualidad.es

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