Cuando Montesquieu murió.
Hace 35 años el entonces vicepresidente del gobierno socialista, Alfonso Guerra, lanzó una de esas frases que siempre quedarán en la memoria de los españoles. <<Montesquieu ha muerto>> dijo entonces el dirigente socialista.
35 años después, lamentablemente, el máximo órgano de gobierno del poder judicial está bloqueado y sufre las idas y venidas de la política como si fuera un órgano más del poder legislativo o incluso del poder ejecutivo.
El Consejo General del Poder Judicial debería ser un órgano independiente y que estuviera fuera de las manos de los gobernantes, especialmente de aquellos que quieren aprovechar su posición para intentar hacer una especie de cambio de régimen y que saben que para ello, necesitan controlar especialmente tres materias: la educación, los medios de comunicación y la justicia.
Un país que no tiene separación de poderes, no puede tener un sistema democrático sano y de calidad.
Parafraseando a James Madison, la acumulación de todos los poderes – ejecutivo, legislativo y judicial – puede presentarse como la propia definición de tiranía. Un sistema cómodo sobre todo para aquellos que creen en el populismo y en el chavismo que ha dejado sin comer a su población.
Álex Cortés @acortesfernandez
Ilustración: Guillermo Serrano Amat