TESLA VS EDISON: LA GUERRA DE LA LUZ
La Historia nos ha ofrecido rivalidades legendarias: Kasparov vs Deep Blue, Cristiano Ronaldo vs Leo Messi, Octavio Augusto vs Marco Antonio… pero ninguna de estas fue tan intensa como la rivalidad entre Nikola Tesla y Thomas Edison en la llamada Guerra de las Corrientes. Hoy repasaremos este enfrentamiento entre dos de las grandes mentes de finales del siglo XIX y principios del XX.
Una rivalidad desde el principio
El 11 de febrero de 1847 nació en una población de Ohio Thomas Alva Edison. Por su parte, Nikola Tesla nacía un 10 de julio de 1856 en Croacia. La relación (y rivalidad) entre estos dos genios podríamos decir que empezó a mediados de los años 80 cuando Tesla emigró a Estados Unidos para trabajar una división de Edison Electric, la empresa de Edison ubicada en Nueva York. Tesla venía trabajando para Edison como supervisor de la instalación de la iluminación de París en la empresa Continental Edison Company desde 1882. Durante los tres años en los que estuvo trabajando para Edison, Nikola Tesla consiguió un gran reconocimiento por su trabajo. En 1885, Tesla decidió abandonar la empresa de Edison porque, según él, el propio Edison le había prometido una cantidad importante como sueldo y este no cumplió. Un año después, el serbio-croata fundaba su empresa, junto al empresario George Westinghouse Jr, Tesla Electric Light & Manufacturing. Empezaba la rivalidad.
La Guerra de las Corrientes
En el último cuarto del siglo XIX, la electricidad estaba extendiéndose por todo el mundo. Las ciudades crecían y, con ellas, la demanda de luz en hogares y negocios. En 1880, Thomas Edison presentó la bombilla de bambú carbonatado que llegaba a las 600 horas de duración tras comprar la patente a Woodward y Evans. Sin embargo, en Estados Unidos, el Oeste americano demandaba que la energía eléctrica recorriera grandes distancias sin perder potencia. Para solventar esta necesidad surgieron dos opciones personificadas en Edison y Tesla: la corriente alterna y la corriente continua.
La corriente continua, que defendía Edison, es un tipo de corriente eléctrica que fluye de manera estable mientras que la corriente alterna, defendida por Tesla, es un tipo de corriente eléctrica que fluctúa su magnitud. La ventaja de la corriente continua respecto a la alterna es que la primera es más segura que la segunda, necesita menos aislamiento y se puede almacenar en baterías. Por su lado, la corriente alterna puede recorrer grandes distancias sin perder fuerza, cosa que la corriente continua no consigue, y es más fácil transformarla en corriente continua.
Estas eran las dos opciones que se disputaban el monopolio de la electricidad en Estados Unidos. Por lo tanto, esta rivalidad entre Edison y Tesla, además de ser una rivalidad entre científicos e inventores también fue una rivalidad empresarial y económica. Esta batalla entre los dos genios fue dura y a todos los niveles. Edison y su socio, el gran banquero J.P Morgan, usaron diversas estratagemas para desacreditar a las ideas de Tesla y a la corriente alterna. De esta manera, Edison y sus partidarios jugaron con el miedo de la gente hasta tal punto de electrocutar animales delante de las personas para que vieran que, con la corriente continua, el animal quedaba desorientado y, en cambio, moría electrocutado con la corriente alterna. Estos “ejemplos” eran acompañados por noticias que desacreditaban más a Tesla como podían ser las muertes de operarios y técnicos que trabajaban con la corriente alterna o que la corriente alterna se usaba para ejecutar a gente en la recién inventada silla eléctrica.
El momento decisivo de la contienda entre los dos inventores fue 1893. Ese año, en Chicago, se iba a celebrar la Feria Universal y había que elegir entre la corriente continua de Edison o la corriente alterna de Tesla para la iluminación y para aprovechar la energía de la central hidroeléctrica que se inauguraría en las Cataratas del Niágara. Finalmente, y a pesar de toda la guerra mediática y las estratagemas que se usaron, el proyecto de Tesla ganó. Edison y su empresa acabaron aceptando la derrota implícitamente al comprarle la patente de Tesla a George Westinghouse Jr, el cual se la ha comprado primero, con el tiempo.
¿Enterrando el hacha de guerra?
Una vez Tesla abandonó su empresa, este se dedicó a inventos considerados “extravagantes” que forjaron la imagen de científico excéntrico y raro. Trabajó para lograr una iluminación inalámbrica, quiso construir un sistema de torres repartidas por el mundo que ofrecieran luz gratis e intentó crear un “rayo de la muerte” para acabar con las guerras. Por su parte, Edison fue recolectando patentes e inventado para convertirse en uno de los inventores más prolíferos de la historia.
La batalla entre Edison y Tesla podría decirse que llegó al fin en 1916. Ese año, Nikola Tesla recibió la Medalla Edison, un galardón creado por amigos y socios del propio Edison que entregaba el Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos a las personas por sus méritos en la ciencia eléctrica, ingeniería o las artes eléctricas. Este premio lo habían ganado personalidades de la talla de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, o el antiguo socio de negocios de Tesla George Westinghouse Jr. En el caso de Tesla, el premio le fue concedido por sus trabajos en los sistemas polifásicos y de la corriente alterna. Este premio es considerado el fin de la guerra entre los dos inventores porque Edison no evitó que se le entregara el premio a Tesla y Tesla le brindó elogios a Edison durante el discurso de aceptación del premio.
Thomas Alva Edison murió, con 84 años, en octubre de 1931 de un ataque de uremia en Nueva Jersey mientras que Nikola Tesla murió, con 86 años, en su habitación de hotel de Nueva York por una trombosis coronaria en enero de 1943.
Carlos Llanas