Katalin Karikó pidió subvención para su primer proyecto de investigación sobre ARN mensajero en 1990

CIENCIA: Katalin Karikó pidió subvención para su primer proyecto de investigación sobre ARN mensajero en 1990, cuando era investigadora postdoctoral en la Universidad de Pensilvania (EE.UU.). No consiguió ni un dólar. En los cinco años siguientes presentó un proyecto tras otro, todos sobre ARN mensajero. Todos fueron rechazados. En 1995, cuando aspiraba a convertirse en profesora titular de la universidad, fue degradada.

Siendo una bioquímica húngara que había llegado a EE.UU. siendo ya doctora, con una hija de 13 años y su marido sin poder salir de Hungría en aquel momento por un problema de visado, a nadie le hubiera extrañado que se hubiera rendido. «Pensé en ir a otro sitio, en hacer otra cosa. También pensé ‘tal vez no soy lo bastante buena, lo bastante inteligente'». Sin embargo, se quedó en la Universidad de Pensilvania y continuó investigando en ARN mensajero.

«Todo está aquí –pensó–, solo tengo que hacer experimentos mejores». De no ser por aquella decisión, nunca se hubieran desarrollado las vacunas contra el coronavirus de Pfizer-BioNTech y de Moderna, las dos primeras que han llegado a España. De no ser por otras cuatro investigadoras, tampoco se hubieran desarrollado las cuatro vacunas que tienen más órdenes de pedidos para este año en el mundo: Kathrin Jansen en Pfizer, Özlem Türeci en BioNTech, Sarah Gilbert en la Universidad de Oxford y Nita Patel en Novavax.

Ellas son las heroínas de las vacunas. Investigadoras que han hecho posibles los productos de Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Novavax. 1. Katalin Karikó comenzó a investigar el ARN mensajero en 1990. A pesar de los continuos rechazos, jamás abandonó. 2. Sarah Gilbert siempre buscó una vacuna universal contra todos los virus de la gripe. 3. Nita Patel tenía una larga experiencia en vacunas cuando se embarcó en la búsqueda de una contra el coronavirus. 4. Kathrin Jansen creó «la vacuna más complicada jamás creada» contra neumonía y meningitis. 5. Özlem Türeci vio en el ARN mensajero una herramienta para desarrollar vacunas contra el cáncer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *