En Tiempos de Okupas: Justicia y Propiedad Privada
Son tiempos de cambios: nueva Ley de la vivienda, gran polémica respecto a la regulación del precio de los alquileres, la gestión caótica del Gobierno comunista y muchos ciudadanos con pisos vacíos temiendo que sean okupados. Por lo que, en primer lugar,me gustaría transmitir mi absoluta admiración hacia los vecinos que recientemente han conseguido echar a unos okupas en Arganda del Rey. Merecidísima victoria.
Es cierto, las okupaciones están a la orden del día en todo el territorio nacional. Este movimiento social, por denominarlo de alguna manera, se origina a raíz de gente sin escrúpulos, sin principios, centrada en la protesta y en las dificultades de carácter económico – social, dejando de lado los derechos de las personas que les rodean: los vecinos y los propietarios de las viviendas en cuestión.
Actualmente, es indignante que en nuestro país se toleren este tipo de prácticas donde se atenta contra nuestras libertades y frente a la propiedad privada. El comunismo en estado puro está reflejado en cada una de estas acciones que derivan en destrozos y en una pésima convivencia vecinal. Pero claro, no podríamos esperar otra cosa de un Gobierno compuesto por socialistas y fantoches podemitas, los cuales aprueban decretazos chavistas durante la crisis sanitaria, se oponen a los desahucios de dichos individuos, y pretenden incluso la legalización de este sucio movimiento junto con sus consecuencias, buscando el único fin de captar potenciales votantes anticapitalistas. Votantes que para mí sólo tienen un nombre: delincuentes.
En mi opinión, no sé hasta qué punto se les debe considerar “colectivos vulnerables” a las personas que okupan nuestras viviendas teniendo en cuenta las ayudas que reciben del Estado y la actitud hacia la vida que suelen tener estos “necesitados” en términos generales.
En definitiva, pretenden disfrutar un inmueble sin haber tocado un libro, sin ganas de buscar trabajo y escudándose en una supuesta condición social o incluso en el racismo, ya que en el caso de Arganda del Rey los okupas gitanos tildaban a los vecinos de racistas victimizando lo imposible.El objetivo acaba siendo siempre es el mismo: arrebatar la propiedad privada a todos aquellos que la han ganado con muchos años de esfuerzo. También pongo en duda dos cuestiones: que aquellos ciudadanos que tengan niños cuenten con más derecho que otros a meterse en un piso atacando a la propiedad ajena al no poder ser desahuciados y, por otro lado, la cobertura jurídica de las okupaciones en España. Si tanto les gusta compartir a los de Podemos con el colectivo okupa, propongamos que les dejen vivir en sus propias casas, haciendo bien de hueco, espacio tienen de sobra.
Por tanto, no hay nada que justifique la okupación ilegal amparada por el actual Gobierno social comunista de Sánchez, ni que los propietarios o vecinos del bloque comunitario afectado sean los que tengan que sacar las cacerolas para denunciar activamente su situación ante los medios de comunicación y de esta manera recuperar sus vidas, es decir, lograr convivir en paz en sus domicilios. Dicho lo cual, este delito debería ser condenado y las propiedades claramente defendidas por nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
Finalmente, creo que debemos luchar para que el inmueble afectado se desaloje rápidamente y, consecuentemente,dejar de justificar la protección del “colectivo vulnerable” mediante el respaldo al comunismo. Tengamos sentido común y apliquemos penas de prisión para aquellos que lleven a cabo prácticas o conductas ilegales, ante todo hay que mantener el orden, la justicia y la propiedad privada en nuestro país.
Elena Romero Mateos