Eligió el sur de la capital para presentar su candidatura. Ahora, en el segundo día de campaña, Isabel Díaz Ayuso ha acudido a Fuenlabrada, uno de los municipios más poblados del ‘cinturón rojo’ de Madrid a pedir el voto. Y lo ha hecho a pie de calle. No una cualquiera. Ayuso se ha plantado en la calle de los bares, en pleno casco antiguo de la ciudad a reivindicar eso que ella llama “vivir a la madrileña”, uno de sus mantras de campaña.
Mientras la gente se entregaba en las terrazas al ‘tardeo’ fuenlabreño con un gin tonic en la mano, Ayuso congregaba a unas 500 personas en plena ‘zona roja’ de la Comunidad. Aquí gobierna desde hace más de 40 años el PSOE, pero a Ayuso eso le da igual. Se ha marcado como uno de sus objetivos pescar en el caladero socialista. “Estas elecciones trascienden del centro derecha para que muchos otros ciudadanos de la izquierda que aman España y Madrid digan ‘basta ya’, porque queremos proteger nuestra forma de vida y no queremos que nadie nos la arrebate. Por eso hemos las hemos convocado estas elecciones”, decía una Ayuso por momentos emocionada ante un público rendido que le gritaba guapa y la jaleaba a cada frase.
Según las encuestas publicadas, entre el 5% y el 10% de votantes que hace dos años cogieron la papeleta del PSOE, declaran ahora que votarían por Isabel Díaz Ayuso. En Fuenlabrada, el Partido Popular subió casi un 5% en sólo seis meses entre las elecciones municipales y las generales del 10N de 2019. En el caso de Vox las cifras son aún más espectaculares: doce puntos de incremento, pasando por delante de Casado el 10N.
No es de extrañar que Ayuso y Abascal hayan contraprogramado mítines y mensajes electorales a la misma hora y en la misma ciudad de Fuenlabrada. Quieren sacar tajada del socialismo «que ama España», y del hundimiento de Ciudadanos. En las municipales de 2019 la formación naranja fue la segunda fuerza más votada en Fuenlabrada por delante del PP y Vox, con casi 12.000 votos. Un valioso botín que quiere embolsarse Ayuso, pero del que reclama su parte también Vox.
Ayuso pide «trascender» las siglas del PP
Ayuso pedía el voto a los socialistas desencantados con Pedro Sánchez, para un proyecto que “trasciende las siglas del PP” basado en “vivir en paz y libertad” ante unas 500 personas. Unas calles más allá, la candidata de Vox, Rocío Monasterio, acusaba a la izquierda de “abandonar a los trabajadores”, frente a un millar de simpatizantes. El fuerte de Abascal sigue siendo lo de apabullar al resto de contrincantes políticos llenando sus actos. Claro que eso a Ayuso le da igual. Ella arrasa en las encuestas.
Con el fondo de cuatro pancartas dándole las gracias por no cerrar la hostelería, a modo de ‘atrezzo’ mitinero, Ayuso atizaba al Gobierno de Pedro Sánchez por las vacunas: “No sabemos las que vamos a tener la semana que viene, pero en Agosto vamos a tener más que en Alemania. Ya está bien de utilizar la Moncloa para estas cosas. Para pagar la campaña a Sánchez”, cargaba contra Pablo Iglesias con su tono más castizo: “En Madrid no te quiere nadie”, y apenas se acordaba del candidato socialista Ángel Gabilondo.
Un ‘ayuser’, (dícese del fan entusiasta de Ayuso), le espetaba entregado: “¡Olé tus huevos!”.
Ayuso mete a los toros es campaña, -este domingo Rocío Monasterio daba unos pases a una vaquilla junto al torero Morante de la Puebla-, pero también la seguridad de los barrios, la okupación, las familias. Todos ellos argumentos fronterizos con Vox. Lo que está en juego va más allá de ganar las elecciones, va de poder gobernar después del 4M, si es posible sin la muleta de Vox dentro de la Puerta del Sol.
Estas elecciones trascienden del centro derecha para que muchos otros ciudadanos de la izquierda que aman España y Madrid digan ‘basta ya’, porque queremos proteger nuestra forma de vida y no queremos que nadie nos la arrebate (Isabel Díaz Ayuso).
“No penséis que esto está hecho. Ni muchísimo menos. Que no sea el voto de cualquiera de nosotros el voto que falta para conseguir ese escaño que a su vez convierte a Madrid en lo que queremos, o en una regresión como sucede en otras comunidades autónomas”, machacaba Ayuso desde el cinturón rojo de Madrid.
Las elecciones de Madrid convertidas en el laboratorio del Partido Popular para ensanchar su base de votantes por la vía Ayuso.