Pese a los casos de trombos inusuales vinculados a los pinchazos con la vacuna de Janssen, la Agencia Europea del Medicamento (EMA en sus siglas en inglés) considera que los beneficios del suero monodosis desarrollado por la farmacéutica estadounidense, lo mismo que en el caso de la vacuna de AstraZeneca, son mayores que los riesgos provocados por los efectos secundarios del covid-19. Es la principal conclusión de la investigación realizada por la EMA sobre la seguridad del medicamento, cuya administración quedó suspendida hace dos semanas.
El comité de evaluación de riesgos de farmacovigilancia de la EMA (PRAC) puso en marcha la investigación hace dos semanas a raíz de la decisión de las autoridades estadounidenses de recomendar la suspensión de administración de la vacuna tras la notificación de seis casos de coagulación sanguínea venosa (CVST) en personas que recibieron la vacuna de la filial de la farmacéutica Johnson&Johnson en Estados Unidos y que habrían desarrollado entre seis y trece días después de recibir el pinchazo.
La conclusión, hecha pública este martes, señala que en adelante será necesario incluir en la información del producto desarrollado por el laboratorio Janssen una advertencia sobre posibles coágulos sanguíneos inusuales con plaquetas bajas en sangre. Según el PRAC estos eventos deberían incluirse como efectos secundarios muy raros de la vacuna. Aún así, la nueva recomendación considera que en general los beneficios de la vacuna siguen superando a los riesgos entre las personas que la reciben.
Este lunes se ha conocido uno de los borradores en los que trabaja la Comisión de Salud Pública, donde se aborda la conveniencia de aumentar el intervalo entre la primera y la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus para los menores de 79 años, con el fin de acelerar la inoculación de al menos un suero al mayor número de personas vulnerables, en la línea de lo que ha hecho Gran Bretaña.
En concreto, el documento propone continuar con la separación de segundas dosis de Pfizer y Moderna tal como se recoge en la estrategia actual (21 días y 28 días, respectivamente) pero aumentar el intervalo en los menores de 79 años entre seis u ocho semanas.
Por el momento, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha avisado de que las vacunas de covid-19 autorizadas «deben usarse tal y como se describe en el prospecto del producto», lo que se traduce en dos dosis con «tres semanas» de diferencia entre la primera y la segunda en el caso de Pfizer/BioNTech y «28 días» para Moderna.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha querido precisar que este es un documento en el que se exponen opiniones, y que no es «bueno que se discuta de borradores porque se mediatiza la discusión de los técnicos».
La Comisión de Salud Pública reúne a técnicos del Ministerio y de las comunidades autónomas, que después elevan sus acuerdos al Consejo Interterritorial donde los consejeros autonómicos y el Gobierno deciden.
El Gobierno y las comunidades autónomas tienen también pendiente decidir si administrar la segunda dosis de AstraZeneca a los menores de 60 años ya vacunados con la primera o apostar por la inoculación de otra vacuna.
Tras decidirse que este vacuna quedaba prescrita para los mayores de 60, unos dos millones de personas menores de esta edad están pendientes aún de saber si van a recibir la segunda dosis de AstraZeneca, bien de otra farmacéutica o ninguna más.
Precisamente, la Agencia Española del Medicamento ha autorizado este lunes el primer ensayo clínico que evalúa la seguridad y el efecto protector de administrar Pfizer a los ya vacunadas con AstraZeneca. Hay 600 voluntarios.
Por otra parte, la Comisión de Salud Pública tiene sobre la mesa otros documentos a debate, entre ellos las recomendaciones ante la reactivación progresiva de eventos y actividades multitudinarias y la prohibición de fumar en las terrazas.
Por otra parte, las autoridades reguladoras estadounidenses ordenaron la paralización de la producción de la vacuna anticovid de Johnson & Johnson en una fábrica, donde previamente se habrían dañado 15 millones de dosis del medicamento.