Todos los ‘oponentes’ de la Superliga

Los hay que siempre han estado en contra, como el Bayern de Múnich, el primer gigante que planta cara al proyecto. A otros, como Joan Laporta, Jurgen Klopp o Pep Guardiola, les parecía fatal hasta que les ha tenido que parecer bien, porque sus clubes están dentro. El PSG ya estaba en contra y, además, su dueño, tenía los derechos con BeIN de la Champions League tal y como estaba, que todo suma, con lo que le viene fatal esta rebelión.

Alguno pensaba que esto iba a ser sólo una forma de presionar a la UEFA para conseguir una competición más justa y el resto, los menos, iban a tumba abierta con el nuevo formato y la ruptura. La Superliga, en cualquier caso, ha nacido plagada de haters.

Por supuesto la UEFA y Ceferin han sido los primeros y más decididos enemigos del proyecto de Superliga. También las ligas domésticas: Ligue1, Calcio, Premier League y LaLiga, (por no citar a todas las que se han quedado fuera, representadas en la ECA) verán cómo sus ingresos por derechos de televisión van a caer dramáticamente si la idea de estos 12 clubes liderados por el Real Madrid sale adelante.

Pero no son, ni mucho menos, los únicos. Enumeramos los otros haters de la Superliga, aunque no descarten que, como les pasó a Laporta y a Guardiola, algunos vayan bajando o subiendo del barco a conveniencia, con mención especial, en este apartado, a la FIFA de Infantino, que tendrá que hacer encaje de bolillos para sacar adelante su provechoso Mundialito de Clubes en medio de todo este jaleo, y con lo que tiene toda la pinta de ser un inminente conflicto con UEFA. Aunque eso está por llegar.

Alemania, Francia, Inglaterra y… ¿España?

Las ligas y, en muchos casos, los gobiernos europeos no han tardado ni 24 horas en posicionarse en contra. En Francia ha sido el propio Palacio del Elíseo el que ha manifestado su desaprobación: «El Presidente de la República, Emmanuel Macron, felicita la posición de los clubes franceses al negarse a participar en un proyecto de Superliga europea que atenta contra el principio de solidaridad y el mérito deportivo. El Estado francés apoyará todas las medidas adoptadas por la LFP, la FFF, la UEFA y la FIFA para proteger la integridad de las competiciones federadas, ya sean nacionales o europeas».

El primer ministros inglés, Boris Johnson, no se molestó en templar gaitas, tampoco: «Vamos a mirar todo lo que podemos hacer con las autoridades del fútbol para asegurarnos de que la Superliga no salga adelante como está planeada». Buen ‘palito’, aunque en estos casos no es descartable que sea más de cara a los votantes, que para afrontar una realidad jurídica que impida a los clubes asociarse como quieran. Que eso es otra historia.

En cuanto al Gobierno español, uno de los más lentos en reaccionar, ha optado por una posición más conciliadora («Hemos decidido escuchar a todos primero», dijo el ministro Uribes) para, horas después, ser algo más decididos en un comunicado enviado a los medios: «El gobierno de España no apoya la iniciativa de crear una Superliga de fútbol promovida por varios clubes europeos, entre ellos tres españoles, por entender que ha sido pensada y propuesta sin contar con las organizaciones representativas de este deporte, tanto a nivel nacional como internacional».

La oposición más dura y seguramente la que más daño ha hecho a la Superliga de verdad es la que abandera el Bayern de Múnich, con la ayuda del resto de clubes alemanes y franceses. ¿Se imaginan una máxima categoría que no pudiera contar con los bávaros, el Borussia Dortmund, el PSG o el Olympique Lyon? Nosotros tampoco.

El Oporto tampoco se ha quedado atrás. No estaba invitado a la fiesta, por ahora, pero ha preferido posicionarse lejos del proyecto desde el primer momento.

Jugadores que se salen del guión

El comunicado de Ander Herrera ha removido muchas conciencias, desde luego. Pero (sin restarle un ápice de mérito) iba a favor de obra. Su club no está con la Superliga, su jefe, Nasser Al-Khelaïfi, tiene intereses muy relevantes en la Champions ya que otro de sus negocios, el operador BeIn, tiene los derechos de TV de la máxima competición.

Otros jugadores, de equipos sí implicados en el proyecto, han levantado la voz: el mediapunta del Manchester United (otros de los padres de la Superliga) Bruno Fernandes y Joao Cancelo, del Manchester City, han compartido en Instagram la publicación de su compatriota Daniel Podence, en la que muestra su rechazo a esta revolución. Bruno Fernandes, además, añadiendo unos aplausos. «Dreams cant be buy». Los sueños no pueden comprarse.

 

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