El atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Vic en 1991 esconde la historia de un abrazo. El de dos compañeros que, creyéndose muertos el uno al otro, lograron salir de los escombros para fundirse en un abrazo, entre las heridas provocadas por la explosión de un coche bomba de ETA, armado con 200 kilos de amonal. Este 29 de mayo, 30 años después, estos dos guardias civiles se reencuentran por primera vez en Vic para reeditar el abrazo, cambiados por el paso del tiempo.
La Guardia Civil ha publicado un vídeo de homenaje a las diez víctimas mortales (cinco de ellas, menores) de la masacre, en la que también resultaron heridas 44 personas aquel miércoles en la ciudad barcelonesa, que actualiza la historia de ese abrazo. «La ruleta de la muerte decidió no señalar» a estos dos agentes del equipo de atestados de Tráfico y ambos han rehecho su vida con las obvias dificultades psicológicas del golpe; uno de ellos, incluso, lloró entre toma y toma durante el rodaje, según fuentes policiales.
Ninguno quiere que trasciendan sus nombres. Mientras uno ha seguido viviendo en Vic, el otro ha vuelto desde Córdoba, donde vive. De hecho, solo se han visto una vez hace 15 años (lejos de la ciudad catalana) y han evitado participar en reportajes y documentales, pero han quedado satisfechos al ver el vídeo, reconocen desde el cuerpo. «30 años después, esos Guardias Civiles que se abrazaron han vuelto a encontrarse para recordarnos que aquel cielo, ensombrecido con el triste color gris del humo de una explosión, ahora es de un hermoso color azul», resume el mismo.
El homenaje arranca con una conversación entre el caos que provocó la matanza. «¿Hay muertos?» pregunta un agente. «De momento, tres cadáveres y bastantes heridos. Puede haber más cadáveres. El cuartel está patas arriba», responde otro. «Las risas de los niños en el patio del cuartel fueron sepultadas bajo toneladas de escombros; las de sus padres, también», prosigue el vídeo.
Las risas de los niños en el patio del cuartel fueron sepultadas bajo toneladas de escombros
El equipo de comunicación de la Guardia Civil ha gestado el homenaje durante meses y ha incluido al final del mismo los nombres de los diez fallecidos (de ocho a 78 años), así como su agradecimiento a los dos protagonistas de la reedición del abrazo.