EMPRENDEDORES

¿Emprender en una servilleta de bar? Claves para pasar de la idea a la acción

Realizar una labor de introspección, elaborar un pitch y desarrollar un producto mínimo viable son tres pasos obligados para todo emprendedor

Garajes, trasteros, locales, residencias de estudiantes o la casa de los padres son algunos de los lugares en los que se han gestado ideas de negocio que han llegado a ser grandes empresas. Pero también hay otros lugares de los que han surgido muy buenas iniciativas empresariales.

Son las cafeterías y bares. Quien más o quien menos seguro que ha estado tomando unas cervezas u otros refrigerios mientras se hablaban y comentaban ideas entre amigos que, inicialmente, parecían imposibles de llevar a cabo. Son reuniones en las que siempre hay alguien que empieza a tomar notas en las servilletas.

Y sí, en ocasiones, no se ha pasado de ahí y han acabado en un gurruño pero, a veces, las anotaciones en estas pequeñas piezas de papel se han convertido en empresas como es el caso de Imascono (especializada en tecnologías creativas y realidad extendida), cofundada por Pedro Lozano, actual presidente también de AJE Aragón, o de la empresa Pilarbox que también nació en un bar de la mano de su CEO, José González Villodres, y lo hizo curiosamente para innovar con el desarrollo de servilleteros digitales.

Evidentemente, «es imposible montar una empresa en una servilleta de bar», afirma Pedro Lozano a elEconomista, quien añade que «sí se puede establecer toda una metodología» en la que estas piezas de papel (o en su defecto post-it) son decisivas para ir dándole forma a la startup a través de una dinámica en la que se emplean tres servilletas para acometer todo el proceso, que se basa en tres pilares: introspección, competencia y análisis DAFO; idea de negocio y pitch, y lanzamiento en pruebas con metodología Lean Startup y MVP (producto mínimo viable).

Pero, antes de lanzarse, hay que tener claro que «la idea es importante, pero el reto de cualquier emprendedor es la ejecución y la adaptación como se ha puesto de manifiesto con la crisis de la covid-19 porque se depende de muchos factores», asevera el CEO de Imascono durante su participación en el encuentro sobre ‘Cómo montar tu empresa en una servilleta de bar’, organizado en el marco de la vertical de emprendimiento del Ecosistema Más Empresa de Ibercaja y Fundación Ibercaja en el que es, además, key opinion leader.

La primera servilleta se emplea para hacer la introspección. «El mundo evoluciona a la velocidad de la luz y se vive con gran rapidez. Pero es necesario pararse a pensar, sobre todo, para emprender o intraemprender», afirma Pedro Lozano. Dicho esto, se debe hacer una descripción básica del negocio en la servilleta, añadiendo también cuáles son las mayores dificultades: por ejemplo cómo dar a conocer el producto, la falta de profesionalidad y conocimiento sobre cómo montar la empresa o no disponer de recursos económicos.

En esta fase se deben definir muy bien los objetivos principales y secundarios del negocio. Por ejemplo, en Pilarbox fue «cambiar el mundo y conseguir algo nuevo para que se creen nuevos hábitos en el sector de la hostelería para su digitalización», indica su CEO. Además, hay que hacer un plan ejecutivo basado en tres vertientes.

La primera de ellas es la observación interna para que el emprendedor se cerciore de que tiene la situación ideal para emprender (familia, formación, aptitudes…), mientras que la segunda es la observación externa (conocer, por ejemplo, el impacto de nuevas tendencias, nuevas tecnologías, mercado…).

En tercer lugar, se deben usar herramientas disponibles como prensa especializada, eventos, networking… para conocer más sobre el sector o mercado u obtener feedback. «No hay que tener miedo a compartir ideas porque son ideas.

Lo importante es la ejecución», reitera Pedro Lozano. La idea además debe validarse, atendiendo a otros aspectos: si existe demanda en el mercado o resuelve una necesidad, si es una propuesta de valor o diferenciada, si es comprable (alguien pagará por ella) y si es posible de ejecutar. También se realiza un DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) sobre la idea de negocio. «Parece un análisis básico, pero tiene información enriquecedora que permite tener una visión de la empresa mucho más potente», añade Pedro Lozano.

A continuación, se pasa a la segunda servilleta, que se utiliza para profundizar más en la idea de negocio, centrándose en los socios y actividades clave, la propuesta de valor, las relaciones con los clientes o estructura de costes, entre otros factores, así como en los recursos disponibles y fuentes de ingresos porque «sin ingresos, no hay paraíso», matiza el CEO de Imascono.

Aquí, muchos emprendedores tienden a hacer un plan de negocio, «pero no sirven para mucho. Los ‘excel’ nunca se cumplen y no se deben hacer predicciones a más de dos años. Es más fácil trabajar con metodologías ágiles» y tener un pitch en no más de diez diapositivas y con una duración de menos de 20 minutos.

Llegados a este punto, es el momento de utilizar una servilleta más -la tercera- para la puesta en marcha. Según Pedro Lozano, «dar el primer paso es el aspecto más determinante en cualquier empresa. Es conveniente basarse en una metodología de Lean Startup» para «fracasar barato, fracasar rápido».

Y es muy importante definir bien y tener un MVP -«siempre debería ser autofinanciable. para darlo a conocer al cliente y tener su feedback. Con Imascono, no conocíamos esta metodología cuando empezamos con las camisetas tecnológicas, que fabricábamos en España, colaborábamos con artistas… Era lo más caro.

Nos centramos en hacer el producto perfecto, pero no lo demandaba el mercado. Nos compraban frikis, pero no masas. Con Chomville (láminas coloreables de realidad aumentada), hicimos el VPM con cinco láminas para tener el feedback». El MVP es también clave para la financiación porque «los inversores no invierten en un powerpoint».

La hora de la verdad

Tras el trabajo hecho en estas tres servilletas, es el momento de pasar a la acción. Y aquí ya no hay servilleta que valga porque emprender con éxito «no tiene una ciencia exacta. Hay muchos factores que influyen y algunos no se pueden ni imaginar. Los factores externos no se pueden controlar», apunta Pedro Lozano.

De todos modos, aquí van algunas últimas reflexiones: no se recomienda emprender por necesidad ni hacerlo en algo que no apasione cada día, conviene hacer cuentas pensando que el primer año se tendrá un «beneficio cero» o por lo menos se aconseja una visión poco optimista en cuanto a ganancias -luego si se obtienen, mucho mejor-, y no obsesionarse porque hay que disfrutar del camino. Y, por supuesto, salir a vender cuanto antes.

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