La guerra del litio, el opio y el fin de la libertad de las mujeres en Afganistán.
«Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan
nada».
Esta frase de Edmund Burke, me la dijo en su día uno de los mejores embajadores
del reino de España que tenemos actualmente, y es que, tal frase hizo que el Prime
Minister, Winston Churchill, se lanzará a una guerra en la que apenas tenía
posibilidades de ganar y con «sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor» ganó.
Actualmente Afganistán se ha convertido por completo en un Estado fallido. Tras
cuarenta años de guerra y veinte donde la coalición internacional ha intentado
poner orden, instaurando una democracia, sin ningún éxito. Los sucesores de la
administración Bush, cada vez tenían más complicado explicar como han dejado
sus vidas 2.500 soldados norteamericanos.
Por ello, ya cansados de esta situación, se llevaron a cabo los acuerdos de Doha,
donde los talibanes dijeron que iban a ser buenos y los americanos se lo creyeron.
El mundo desde ese día es un lugar más peligroso.
Es importante decirles a todos aquellos que estamos interesados en el feminismo y
en la paz en el mundo, que las mujeres, son las que realmente pierden tras la
retirada paulatina de las tropas americanas y de la OTAN en Afganistán.
Numerosos sucesos están ocurriendo tras este acontecimiento; amenazas a
profesores de niñas, amputaciones de dedos de mujeres por llevar las uñas
pintadas, castigos por no llevar el cuerpo femenino totalmente tapado…etc.
En definitiva, los derechos de las mujeres quedan anulados.
En la cumbre de la OTAN de 2014, se acordó aumentar el gasto militar hasta al
menos un 2% del PIB. De los 30 países miembros, solamente 10 de ellos lo
cumplieron. Desgraciadamente, el reino de España, es el segundo que menos
aportó (superado únicamente por Luxemburgo).
Si los países miembros hubieran cumplido los acuerdos, se habría tenido más
recursos militares para defender al pueblo afgano y derrocar a los talibanes. Esto
entre otras causas, ha provocado la victoria de los talibanes y la denigración de las
mujeres.
La OTAN actualmente es quien protege el aeropuerto de Kabul en plena estampida
de la diplomacia occidental. Un alto cargo de la OTAN transmitió el siguiente
mensaje: “Estamos ayudando a mantener las operaciones en el aeropuerto de
Kabul para que Afganistán siga conectado con el mundo, al igual que
mantendremos nuestra presencia diplomática ”.
Mientras tanto la UE también se pronunció, con un comunicado del profesor, Josep
Borrell, en el que se condenaba la violación de derechos humanos en las zonas
controladas por los talibanes, pidiendo al grupo insurgente que retome
inmediatamente el diálogo.
Muchas veces creemos que el resto del mundo es semejante a la cultura occidental.
Sin embargo, la realidad no es así. Por ello, no podemos jugar a la democracia con
aquellas culturas que solo saben imponer su pensamiento.
El ganador de toda esta revuelta, sin lugar a dudas, es China, quien ya ha
reconocido y recibido al nuevo gobierno de los talibanes, a cambio de no ser
atacada con atentados terroristas y quedarse con la gestión de las reservas de litio
del país, debido que los afganos no tienen infraestructura ni tecnología para poder
extraerlo.
Los talibanes se quedan con la gestión total del opio, lo que les ha
permitido hasta ahora mantener un ejército de 100.000 guerrilleros y comprar a
aquellos soldados afganos que no les ha llegado el sueldo en estos últimos meses.
Las consecuencias a corto y medio plazo para occidente van ser de total
incertidumbre, la llegada de refugiados que los países tendrán que acoger, y entre
los que habrá lobos solitarios, pudiendo aumentar los atentados terroristas, sobre
todo en ciudades europeas donde la OTAN tenga alguna oficina, y en aquellos
países que más efectivos tengan en Afganistán.
Actualmente los talibanes tienen más helicópteros Blackhawk (de los más potentes
que existen) que otras 166 naciones del mundo, en definitiva uno de los mayores
enemigos de la democracia y la libertad.
Por ello, solo puedo dar las gracias a los españoles destinados allí, y los 102
efectivos militares que en estos veinte años dieron su vida, para que viviéramos un
poquito mejor en España. Honor para todos ellos.
Eduardo López