El batacazo de Occidente: “Así se las ponían a Felipe II”
Desde mi propia experiencia personal, siempre me educaron con no meterme demasiado en política, sobre todo para evitar tiranteces personales con familiares y amigos íntimos.
Sinceramente, soy de las personas que no pretende romper amistades si alguien tiene unas creencias místicas diferentes a la mía, pero considero indispensable comentar la actualidad política para conocer en el mundo que vivimos.
Si no nos encargamos de la Política, la propia Política se encargará de nuestras vidas y siempre a conveniencia ajena. De hecho, el chantaje emocional con la Sanidad y la Educación Pública con su suma de funcionarios a pesar de la deuda disparada en España durante el inicio de la pandemia.
También parece tabú hablar sobre la viabilidad de las pensiones públicas a largo plazo, ya que el aumento de personas jubiladas y la disminución de la natalidad en países occidentales ofrecen dudas sobre el funcionamiento del sistema.
Puede resultar entendible que cueste analizar en familia temas turbios por miedo a dañar ciertos “bienestares personal”. Allá por 2017, el ABC anunció que al 70 % de los españoles no les interesa la política. Para colmo, a quiénes les interesa y lo habla entre amigos, siempre existe un comentario inoportuno como “hablemos de familia”.
A veces hace falta llevarlo a cabo entre adultos, sobre todo para evitar discusiones subidas de tono ante barbaridades argumentales dispuestas a atentar contra la Historia y llevar a rajatabla el “no perder amigos por la Política”.
Ocurre cuando el amigo más mayor de todos lo que tengo, concretamente desde 1º Primaria se acostumbró a defender ideas marxista-comunistas desde que inició sus estudios universitarios. Nunca me dio miedo mostrar mi rechazo absoluto a semejantes ideas tan atroces para Oriente durante el siglo XX, pero la amistad siempre perduró.
Pero una cosa es mantener los estribos entre colegas y otra muy distinta es pasar inadvertido ante la puesta en escena de una pancarta en homenaje a Stalin en el Ayuntamiento de Valencia. ¿Cómo se atrevieron a ensalzar a uno de los mayores genocidas de la Historia que no permitió un aperturismo hacia la pluralidad política en la parte Oriental?
Se puede esperar por parte de un Ayuntamiento en el que Unidas Podemos tiene importancia, ya que dicho partido se regodeó en su día de haber ensalzado a regímenes autoritarios como el de Fidel Castro o a criminales, entre quiénes se encuentra Ernesto “Che” Guevara.
Pero claro, si formaciones liberales o conservadoras optasen por sacar una pancarta para homenajear la figura de otros dictadores como Adolf Hitler, Francisco Franco o Benito Mussolini, arderían las calles. Seguramente, el enfado estaría a la altura de lo liado por quejas ante la detención de Pablo Hasel por su “homenaje” al rap enalteciendo el terrorismo, e incluso incitando a la misoginia.
Fue muy entrañable ver cómo el partido dispuesto a defender ideales feministas, encarnado en Pablo Echenique al defender una manifestación contra la sentencia hacia el rapero y sus letras putrefactas. ¿El carácter esperpéntico llegó hasta el punto de defender una manifestación contra su propio Gobierno? No lo digo yo, lo dijeron sus tweets, como el de muchos políticos defendiendo a dictadores, “perdonables” por tener un signo político contrario al liberalismo o democracia cristiana.
Este cúmulo de circunstancias supuso que parte de la sociedad oriental encarnada en regímenes autoritarios unipartidistas como China o Corea del Norte o un sistema capitaneado por un dios supremo como Vladimir Putin en Rusia encuentren a Occidente como una presa fácil.
Guste o no guste, el Democracy Index publicado en 2020 por The Times dejó claro que los países con mayor prosperidad democrática imperan en Europa Occidental y América del Norte. Desafortunadamente, los regímenes autoritarios se encuentran precisamente en países que experimentaron un crecimiento económico vertiginoso a partir de los años 60.
China es el mero ejemplo, que deseoso de sus ansias de superación, percibió una oportunidad de Oro para convertirse dios y amo de Occidente por su comportamiento de niños, niñas y niñes malcriados y tiranos. Fijaos en el carácter tirano que no dudaron en homenajear al genocida Stalin. Así se las ponen a Felipe II.
Kylian Márquez @viviendoentreteclas