LA REPÚBLICA DE SALÓ: LA ÚLTIMA CHISPA DEL FASCISMO ITALIANO
En mayo de 1943, las fuerzas aliadas se hicieron con el control del norte de África. Las fuerzas alemanas e italianas sufrieron una gran derrota que supuso el fin del control del Eje sobre el mar mediterráneo.
Este sería el principio del fin para el dictador Benito Mussolini, que llevaba gobernando Italia desde 1922 y que había prometido a sus compatriotas que devolvería la gloria imperial perdida al país. O eso es lo que se creía.
Hoy hablamos del último intento de Mussolini de seguir en el poder con la creación del estado títere de los alemanes, la República Social Italiana o comúnmente conocida como República de Saló que, a pesar de su corta duración, actuó como un estado y quiso ser la Nueva Italia fascista hasta el último momento.
La caída de Mussolini
Benito Mussolini era el Duce desde que se hizo con el poder en Italia tras la Marcha sobre Roma de octubre de ese año y con el apoyo del rey Víctor Manuel III. El dictador prometió una transformación absoluta del país en términos económicos, sociales y, sobre todo, políticos, haciendo que Italia “recuperase la gloria imperial que había perdido”.
Lo que sí hizo Mussolini fue sentar las bases del movimiento fascista, un movimiento que traería dictaduras de esta ideología en gran parte de Europa, como en España o Alemania.
Este ex periodista socialista que pasó a ser el primero de los más ultranacionalistas, en julio de 1943, tras el desembarco americano en la isla de Sicilia, El Gran Consejo Fascista, el sustituto del parlamento italiano, se aprobó la destitución de Mussolini como jefe de gobierno y el fin del Fascismo.
Al día siguiente, el ex Duce fue detenido y se escogió como nuevo jefe de gobierno al mariscal Pietro Badoglio y el jefe de estado pasaba a ser el rey dentro de una monarquía autoritaria.
Mientras el nuevo gobierno italiano juega a doble banda con Alemania, diciéndoles que siguen de su lado, y con los aliados, con los que negocian y firman un armisticio y el paso de Italia al bando aliado, Mussolini fue arrestado, primero en la isla de Maddalena, y luego en el Hotel Campo Imperatore, en los Apeninos.
El 9 de septiembre de 1943, Italia y los Aliados firman la paz e Italia le declara la guerra a Alemania. Ante tal traición, Hitler ordenó rescatar a Mussolini, que fue liberado por un equipo paracaidista de las SS el 13 de septiembre y es trasladado a Alemania, donde es recibido con todos los honores por Hitler, que le dijo que formara un nuevo estado en el territorio italiano que la Wehrmacht había conquistado y que lo apoyaría enviándole más tropas y apoyo de las SS.
La República Socialista Italiana
El 23 de septiembre de 1943 se fundaba oficialmente el nuevo estado italiano fascista bajo el nombre de República Socialista Italiana o también conocida como República de Saló por la ciudad homónima que se convirtió en la capital, ya que Roma estaba demasiado cerca del frente.
Como el régimen anterior en Italia, Mussolini recuperó su título de Duce y todos los aspectos políticos y sociales del país estaban en mano de un partido único, el Partido Fascista Republicano. Este partido sustituye al antiguo Partido Nacional Fascista, disuelto dos meses antes. Contra todo pronóstico, el partido fascista consiguió muchísimo apoyo popular.
El nuevo estado fascista guardaba las bases del antiguo régimen como el ultra nacionalismo o la estética paramilitar, pero añadía nuevos elementos de los que radicalmente renunciaron tales como el socialismo o el laicismo.
Por otro lado, el PFR llevó a cabo una purga interna contra todos aquellos que colaboraron con el fin del Duce y del régimen o que apoyaron “la traición” a Alemania y al Eje. Entre el 8 y el 11 de enero de 1944, en la ciudad de Verona (dentro de la República de Saló) se celebraron los Procesos de Verona donde se juzgaron a varios de estos “traidores”, entre ellos el mismísimo yerno de Mussolini.
Algunos fueron fusilados, otros fueron a la cárcel. Fuera del PFR, el Régimen de Saló también aplicó una dura represión contra enemigos políticos y rebeldes como los partisanos.
Debemos hacer una mención del régimen económico del estado fascista. Estando en la situación de guerra en la que estaban, Mussolini centró sus esfuerzos en una economía de guerra que buscaba concentrar sus esfuerzos en la obtención de materias primas y en la producción de energía. Sin embargo, los constantes ataques aliados y la intensa actividad del Partido Comunista, impidieron que se llevara a cabo el plan económico del Duce con total normalidad.
La caída (de verdad) de Mussolini
Durante todo el año 1944, las fuerzas fascistas de Mussolini y los aliados tuvieron una serie de intensas batallas como la Batalla de San Marino o la Batalla de Garfagnana, una de las pocas victorias fascistas.
A finales de abril de 1945, el ejército estadounidense llevó a cabo la gran ofensiva final. Por el norte, la Francia liberada y las guerrillas presionaban a los fascistas. El gobierno del Régimen de Saló tuvo que huir.
Mientras huía, Mussolini fue interceptado por un contingente de partisanos el 27 de abril de 1945 y el día 28, Benito Mussolini, junto a su amante Claretta Petacci, fue disparado por estos partisanos en la localidad de Giulino di Mezzegra.
Para más humillación, estos fueron colgados por los pies junto a otros fascistas en una gasolinera de Milán. Así acabó el dictador que dio origen al Fascismo. Esta ejecución precipitó el fin del régimen que acabó el 30 de abril con la rendición del mariscal Rodolfo Graziani, el sustituto de Mussolini al mando de la República Socialista Italiana.
Carlos Llanas
@carlosllanas_ @rincondhistoria