Depedro contagia de felicidad Cartagena

Depedro contagia de felicidad Cartagena

Personas, familias enteras encontraron ayer un reducto de alegría en El Batel. El motivo fue la visita a Cartagena de Jairo Zavala, alma máter de Depedro, que recaía en la ciudad murciana para presentar Érase una vez , su disco conceptual dedicado a la infancia en un auditorio con ganas de primavera.

Salió al escenario puntual, dispuesto a subirnos las revoluciones enriqueciendo su repertorio con una cuidada puesta en escena que irradiaba color y alegría. El decorado, las luces especiales, y las imágenes que proyectaba una pantalla central, embelesaron a grandes y pequeños que escuchaban expectantes.

Entrelazando un repertorio que se centró principalmente en su último disco, disparó su primera bala sentado al piano para deleitarnos con Despierta entre silbidos y júbilo, le siguió la cumbiera Dragón Alado con la que nos contó una historia rasgando sus cuerdas. Le acompañan los de siempre: Quique Fuentes a la guitarra y el cajón, el gran Martín Bruhn bordando la percusión y el hermano de Héctor Rojo, Diego, en el contrabajo.

No necesita mucho más para dar un concierto, Jairo sabe moverse sobre las tablas con la soltura que otorga un largo bagaje musical. Para Palabra Favorita pide la colaboración de Martín, ambos se encargan de dar lustre a un estribillo que secunda todo el patio de butacas y nos transporta a otras latitudes cuando enfila Niño Triste, a la que le sucede El Pescador con un Quique Fuentes derrochando talento cuando empuña la guitarra desde la primera nota.

Como el que se sabe tocado por el don de la música, Jairo da las gracias al público por la complicidad mientras suenan los primeros compases de Vámonos Al Mar. Se acordará de su hijo mayor al presentar Chilla, Que Tiemble y de su hijo mediano  en Quiero Descansar , la canción protesta de Érase Una Vez.

El auditorio abandona sus pudorosas butacas con Hombre Bueno, canción que dedica a los padres entre aplausos cálidos. El fantasma de su abuela tiene forma de nana, se titula A Mimi y sucede a Deal en la que se atreve a cantar en inglés y para la que contó  con la voz de Joey Burns de Calexico en el estudio de grabación, entre nosotros no está Burns, pero no se le echa de menos tras comprobar lo bien que la defiende Zavala. Su voz se relaja cuando quiere, si lo precisa se vuelve urgente como ocurre con la arrolladora Comanche , prueba definitiva de que el músico de siempre sigue aquí.

Un vis a vis con el público será la antesala de Érase Una Vez. Solo en el escenario, con la única compañía de una guitarra, recita los primeros versos de la versión del tema de Paco Ibáñez y Agustín Goytisolo con la que se escapa algún suspiro.

Los bises serán un doble regalo: la cálida Te Sigo Soñando y Nubes De Papel que envejecen como el buen vino y sin las que no hubiéramos llegado hasta aquí. Se despidió entre una tormenta de aplausos bien merecidos porque Depedro defiende como pocos el mejor oficio del mundo.

Maria teresa Ceron

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